3.10.05

Eclipse de ilusiones

A lo largo de mi vida he asistido a dos eclipses gordos, en concreto dos de estos llamados anulares (los parciales no cuentan). Sin embargo tengo el privilegio de anunciar que en ambos casos y en la zona desde la que yo lo iba a ver el eclipse era total.

Por eclipse total entiendo aquel en el que el sol no se puede ver en absoluto, y ese ha sido el caso tanto esta mañana como en otra ocasión hace ya muchos años (más de veinte).

Llegaba esta mañana la gente a la empresa equipada con gafas oscuras de cartón, además de unos ánimos irrenunciables a escaquearse de su sitio con la excusa del eclipse. Sin embargo hoy ha pasado algo casi milagroso: el cielo se ha cubierto de nubes (el milagro hubiera sido que además hubiera llovido).

De esta forma no hemos visto ni sol, ni eclipse, ni nada.

Eso sí, al pasar el mediodía se han ido todas las nubes, estando el tiempo justo para fastidiar el eclipse, que no el escaqueo de los que traían las gafas de rayos X, pues de otra forma no sé cómo narices iban a ver el sol o lo que quedara de él.

La ocasión anterior (allá mediados los ochenta) en la que hubo un eclipse anular sucedió lo mismo: cielo encapotado pero sin llover. Ante mi decepción por no haber podido asistir al tremendísimo espectáculo que anunciaba la tele mi madre me dijo: "pues es cierto que casi se hace de noche, no sé de qué te quejas"... debe ser que uno es un inconformista (sólo con las cosas importantes).


Desde luego prefiero los eclipses de luna, son mucho más frecuentes, a veces a horas razonables o hasta en fines de semana, son más espectaculares y te hacen ver que lo que suele brillar por las noches no es más que un pedrusco suspendido en el aire... otra vez matando ilusiones.


1 comentario:

Zuviëh S.F. dijo...

Ô_o pues yo estaba durmiendo :P.