Ayer tuve la ocasión de ver la película "Polígono sur" en la que se muestra la vida del barrio de las tres mil viviendas de Sevilla, sacando una instantánea de la verdadera cuna del flamenco.
Pero no es de flamenco de lo que quiero hablar (seguro que sería un sacrílego si lo intentara) sino de una de las sentencias que pronunció un pratiarca gitano con todo el aplomo y la experiencia que sólo ellos saben mostrar al hablar: "El origen de todos los males está en el amor al dinero".
No es una frase original, pero concentra una verdad como un templo que ataca directamente a la línea de flotación de la estructura social en la que vivimos. ¿Es posible siquiera imaginarnos sin amor al dinero? Bueno, supongo que la mayoría de las personas sí que podríamos (para los cuatro duros que tenemos) aunque el contexto no cambiaría pues existen grandes, grandísimos amantes, a pesar de que tienen mucha imaginación.
Y es que hace años me quedé a cuadro cuando escuche hablar de "centros de ocio", y yo en mi retoñez imaginé parques de atracciones, toboganes de agua y pistas deportivas... ¡tiendas y restaurantes de franquicias! eso es un centro de ocio. Desde luego sólo los grandes amantes podían tener tanta imaginación como para creérselo... o para hacerlo realidad.
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