30.11.04

Estrógenos y testosterona

Desde pequeños nos cuentan historias de príncipes que rescatan a princesas encantadas persiguiendo los nobles valores del amor. En algún momento habría que comentar qué puede pensar un republicano de estos cuentos (por no hablar de lo que se podría objetar desde el punto de vista del proletariado que curra de sol a sol para ganarse el pan mientras el príncipe se pule los impuestos en irse a buscar mozas).

Pero de lo que va este mensaje es de la cuestionable existencia del amor, al menos el amor carnal, pues durante el enamoramiento el torrente de hormonas que se desatan en el cuerpo y que condicionan el comportamiento hace pensar si no serán las hormanas las que provocan el sentimiento de amor más que al revés.

Como prueba de ello hay que ver qué sucede cuando el amor se consigue, pues la conducta cambia y las hormonas que se generan son otras.

No soy endocrinólogo pero me es fácil adivinar que el cuerpo es una máquina que responde a ciertos estímulos químicos, generando una amplia variedad de "sentimientos" que no son ni más ni menos que el color del que se vuelve el papel de tornasol que es nuestro cerebro.

Sólo queda la duda de porqué a veces surtimos de unas hormonas y a veces de otras, ¿será ese dosificador al que llamamos amor?

Creo que esta reflexión deberá continuar sondeando abismos más profundos...

3 comentarios:

Elisabeta dijo...

Mmm el amor es una locura transitoria, lo malo es cuando las hormonas se "estabilizan" y dan paso a la monotonía,aunque a veces esa desestabilización hormonal dura mucho tiempo,jejeje ¡mejor!

Bachiller dijo...

Buscamos la estabilización, pero la tendencia inevitable es a que las hormonas sigan viviendo su vida, y si algo es sencillo hay que complicarlo... en otro caso la vida sería aburrida :-)

Elisabeta dijo...

es cierto,yo tengo gran tendencia a complicarme...una amiga me dice que tiendo a llevar las situaciones al límite para luego emerger del abismo,porque digamos que la estabilidad inconscientemente me aburre...y si las cosas van bien entonces soy yo la que las pifio para propiciar ese límite...en fin que rollo,pero creo que es cierto en parte.Besitos