12.11.04

Parte de guerra

Pues de momento la cosa no es tan dramática.

Tras la demoledora sesión deportiva de ayer de momento sólo tengo el habitual dolor de espalda, aunque en esta ocasión los perjudicados fueron otros.

Un pobre compañero al que le abrí una brecha en la mano con la uña de aporrear la guitarra, otro al que casi le rompo la crisma cuando le empujé (reconozco intencionalidad, pues era el responsable de RRHH y se la tengo guardada), otro que se llevó alguna patada... amén de las torceduras y faltas de oxígeno que se autoinflingió cada uno a su criterio.

Por cierto, el partido era de baloncesto... no lo parece desde luego. Y es que cuando uno se ve lento, con poca visión de juego y fallón en general no le queda más que ser marrullero para intentar no ser vilmente sodomizado, en sentido figurado claro está.

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