A quién es sociable sólo en apariencia se le hace complicado relacionarse con los demás, principalmente para encontrar un tema del que conversar, o para tener iniciativa a la hora de fomentar actividades comunes (tanto a nivel de ocio como a nivel profesional).
Lo paradójico es que en el sistema educativo que me tocó vivir la orden que más se repetía en los oídos de los alumnos era "¡¡¡ Silencio !!!". Así uno fue un niño muy bueno, todos me lo recuerdan, lo que no significa ni más ni menos que me estaba callado y no daba la lata. Y con tanto premio por el silencio o por la falta de iniciativa (si además de callado él niño se está quieto ya es un ángel) ahora me falta locuacidad a la hora de ponerme a negociar las subidas de sueldo con el responsable de RRHH (por ejemplo).
Por fortuna los interlocutores vivieron el mismo sistema educativo así que la desventaja no es tan grande, pero pienso lo bonito que hubiera sido un sistema en el que los niños hubiéramos podido campar a nuestras anchas y hablar por los codos. Aunque eso hubiera llevado a un mundo en que los psiquiátricos habrían sido el lugar más frecuentado por los mayores... vaya, y ahora ¿a quién le hecho la culpa de ser así?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pues si chico, a mi me pasa lo mismo. Por no saber que decir, puedo pasarme horas en silencio con otras personas, en plan oriental.
Un saludo.
Pues me parece a mi que el sistema educativo sigue más o menos igual, excepto que ahora les ponen Internet y los wajes chatean entre ellos en vez de hablar jaja
Publicar un comentario