Antes de la aparición de los teléfonos móviles las reuniones de trabajo seguro que era mucho más efectivas, o al menos con un número de interrupciones claramente inferior. Ahora es imposible no eternizarse en una reunión pues siempre a alguien le suena el móvil para una llamada inexcusable, momento en que se puede producir una de estas situaciones: o bien todo el mundo tiene que cruzarse de brazos hasta que el llamado termine su conversación, o bien que el resto siga hablando con lo que uno se pregunta si el que está al teléfono pinta algo en esa reunión.
Lo que me resulta realmente curioso es el hecho de estar hablando con alguien (no ya en una reunión, sino en cualquier situación) y que de repente suene el teléfono, con lo que la conversación se interrumpe para atender esa llamada. Vamos a ver, si yo no interrumpo una conversación entre dos personas por la cara (a lo sumo me incorporo educadamente) ¿por qué tiene más importancia el teléfono que mi conversación?
Los jefes son un caso aparte, pues ellos interrumpen cualquier conversación sin pudor alguno, pero se me escapa porqué las personas normales sucumbimos ante el tonillo del teléfono.
Pero volviendo a las reuniones desde hace unos meses se ha puesto de moda entre los jefes un invento infernal: la Blackberry. No es sólo que les puedan llamar por teléfono, es que también está el pitidito con vibrador que indica que tienen correo nuevo, correo que por supuesto hay que leer y contestar en medio de la reunión.
La conclusión: los avances tecnológicos perjudican la productividad de las reuniones.
Y que conste que no he hablado de los retroproyectores que no se conectan al portátil, de las pizarras eléctricas que no imprimen, de las videoconferencias que no se escuchan bien...
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4 comentarios:
Lo que pasa es que tienes envidia porque no puedes permitirte casi ninguno de esos cacharos.. Ea.
PD: El helado estaba riquísimo.
Los dioses me libren de tal invento diabólico, casi tanto como tu crueldad al mantener vivo el recuerdo del helado.
De hecho mi último cacharrito portátil que hacía de todo lo tengo guardado en lo profundo de un cajón, ahora sólo gasto móvil de segunda mano (para llamar y nada más).
No haber contado el trauma que tuviste por culpa de no habértelo comido.
Siempre me surge ese pensamiento cuando estoy haciendo cola en algún sitio y la persona que atiende coge el teléfono. Y yo pienso; "eeh, que yo estoy primero".
Otra cosa que me molesta profundamente es estar hablando con alguien por telefono y que me diga; "Bueno te dejo que tengo otra llamada". PUES TE ESPERAS que he llamdo yo primero. Si no funciona cuelgo y vuelvo a llamar gritando: "QUE YO HE LLAMADO PRIMERO".
En fin, ya me he calentado bastante...
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