14.10.05

El jefe coñazo

Hay muchas ocasiones en las que nos quejamos de nuestros jefes, aunque la mayoría de ellas suele ser por simple diferencia de criterios (o de ausencia de criterios) o por cuestión de formas más que de fondo.

Sin embargo los jefes suelen tener una pasión enfermiza por preguntar cómo van las cosas, como si el acto de la pregunta pudiera redimirles de su absoluto desconocimiento de la situación que supuestamente dirigen. En la mayor parte de los casos se les plantea a los jefes una situación y es hasta posible que la comprendan, pero el cargo de jefe tiene como efecto secundario el "virus Dori" (la de "Buscando a Nemo") con lo que a los cinco minutos ya se ha borrado de su memoria cualquier vestigio de nuestra conversación.

Existe una subespecie del jefe preguntón que es el jefe coñazo, y es aquel que pregunta por preguntar y lo hace en cualquier momento o lugar en el que tenga un teléfono móvil a mano (es decir, siempre).

Esta semana un compañero se tomó un puentecito de viernes a jueves (eso es aprovechar un miércoles festivo) y se fue de viaje.

El jueves por la mañana se dirigía mi compañero al trabajo con cierto retraso (el habitual en su caso) con lo que la llamada de su jefe no se hizo esperar:
- Hola, soy tu jefe, ¿dónde estás?
- Estoy aparcando.
- ¿Pero vienes a trabajar hoy?
- Sí, estoy en el parking de la empresa.
- Es que no sabía si seguías de viaje.
- Claro que no, hoy tenía que volver, ahora mismo entro y voy a tu despacho.
- No, no estoy en la empresa.
- ¡Ah! Como me has llamado pensaba que estabas en la empresa. ¿Dónde estás?
- Estoy en el cementerio.
- ¿Qué ha sucedido?
- Que qué ha sucedido... pues nada, ¿por qué?
- Pues porque estás en el cementerio.
- No, es que he parado a la altura del cementerio camino del trabajo para llamarte por teléfono.
- Entiendo, y qué quieres.
- Bueno, ahora lo hablamos en la empresa.


Y es que llega un momento que el ser un coñazo se debe convertir en algo compulsivo, sino es que uno no se explica tanta llamada (bueno, se explica porque el móvil lo paga la empresa, claro está).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo sufro. Te llaman para chorradas y luego no te avisan de lo importante.
O se quedan detrás de ti mientras trabajas, ves su reflejo en el monitor, intentando desentrañar esos movimientos que, por mecánicos, realizas a toda velocidad.

Zuviëh S.F. dijo...

Dime que no es real, por favor... ¡Soy muy joven para espantarme ya de los jefes! El último que tuve, le insulté aprovechando que me dijo que era Tauro xD.