El pago con una cantidad de dinero superior al coste de lo adquirido suele ser una práctica muy habitual (de hecho más habitual que el pago con la cantidad exacta), exactamente tan habitual como la recepción del cambio por la diferencia.
Cuando adquirimos algo y vamos a pagar lo solemos dejar en el mostrador o cinta transportadora de la caja (caso de los hipermercados), y sacamos la cartera/bolso para buscar el dinero. Entregamos la cantidad más próxima posible y a continuación nos introducimos en una profunda duda sobre la conveniencia de guardar la cartera/bolso y agarrar lo adquirido o simplemente esperar si n hacer nada. Esta duda se vuelve especialmente trascendente cuando hay una cola de gente presionándonos para que la transacción se realice con la mayor premura posible.
Sea cual sea nuestra opción nos vamos a encontrar con una mano ocupada (mano libre forever) mientras nos dan el cambio en la otra. La distribución del cambio suele ser primero los billetes, luego el ticket de compra y finalmente las monedas, con lo que éstas últimas tienen una especial tendencia a caerse al haberse depositado en la parte alta de la torre de dinero.
La solución suele ser echar todo al bolsillo o al bolso procurando no dar con las monedas en el suelo.
Y digo yo, ¿no me podrían dar las monedas primero? Eso me permitiría cerrar la mano sobre los billetes sin temor a que nada se escurriera (máxime cuando el ticket suele estar abombado, lo que favorece la pérdida de equilibrio).
He dicho.
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