Pues va a resultar que tengo trabajo y todo. Siempre se puede sacar un ratito para escribir algún mensaje, pero cuando hay más tiempo libre es más fácil proponérselo.
Estas semanas se están juntando cuatro tonterías que hacen que se me acumule el trabajo, lo cual es una fatalidad pues aunque haya tareas no puedo evitar la sensación de ser absolutamente prescindible haga lo que haga.
La ingenuidad que da la inexperiencia supone que alguien va a cuidar de ti, que se va preocupar por tu evolución profesional, por tu motivación... pero llega un momento que uno se da cuenta que está solo.
En cualquier caso esa sensación de abandono está presente en los cromosomas de los españoles, pues a sabiendas que nadie va a cuidar de ti se nace con el espíritu de opositar y ser funcionario, el puesto en el que nadie espera mejoras ni cuidados.
Lo triste es que hay muchas almas en pena a las que les gustaría ser cuidadas y acaban donde el destino les ha colocado... bueno, quizás lo triste sea darse cuenta de ella y no seguir pensando que la mano tiene cuatro dedos.
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1 comentario:
Te aconcejo que seas tú el que dé lo que la vida no dá. Aunque en el futuro.
Y sí, es cierto, ahora tienes que agarrarte las cosas y decidirte a salir adelante, primero adecuándote a tu entorno, luego sobresalir, y terminar dando a los demás lo que la vida no te dió: un apoyo.
Para que los demás hagan lo mismo, ojalá.., las personas trabajan mejor en estado de comprensión.
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