28.1.09

Un día con Esperanza

Alguna vez tenía que suceder, y hoy no ha habido forma de cuadrar horarios, pues yo he tenido que asistir a unas excitantes y emocopnantísimas jornadas de ventas en mi empresa que empezaban a las diez y acababan a las seis de la tarde, así que no ha quedado más remedio que llegar a un acuerdo con la canguro, Esperanza, para que se quedara todo el día con Ulises.

Lo cierto es que Ulises se lo pasa genial con ella, siempre la recibe con uan sonrisa de oreja a oreja, la misma que cuando ella se despide haciéndole alguna gracieta.

Supongo que los padres somos un tanto adustos, así que alguien que le hace unas cuantas gracias y le dice un puñado de "ajos" también le estimulará.

Eso sí, cuando he llegado a casa por la tarde nos hemos puesto a Tequila y hemos empezado a dar botes por toda la casa, que seguro que eso no lo hace con Esperanza.

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