Estama mañana ha sido un poco complicada en el trabajo, así que he llegado a casa con el tiempo justo para encargarme de Ulises. Por fortuna se durmió pronto y pude comer tranquilo, pero la siesta no duró demasiado.
Hoy Ulises ha tenido un día genial, de muy buen humor, pero la perspectiva de estar toda la tarde, la rutina de la noche y la preparación del día siguiente se me hacía un poco cuesta arriba (máxime cuando había madrugado para llegar pronto al trabajo).
En esas estaba yo una vez le había dado la merienda a Ulises cuando ha sonado el timbre de la puerta, y eran los tíos de Ulises que han venido al rescate.
El rato que han pasado con él me ha servido para hacer todas las tareas rutinarias, de tal forma que cuando se fueron ya estaba todo preparado para el baño, luego biberones, y medio listo el puré de mañana.
Además, como han estado jugando con él toda la tarde Ulises no ha dormido su minisiesta que a veces se echa, con lo que tras el biberón ha caido rendido (ni música ni nada) y como en los anuncios de productos de limpieza ahora tengo tiempo para mí.
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