5.10.09

Despedida de los abuelos

El sábado los abuelos se marcharon después de un mes de estar en casa.

Al principio de su estancia Ulises no mostraba un especial interés por ellos (la habitual simpatía que manifiesta con todo el mundo), pero las últimas semanas lo primero que hacía Ulises nada más levantarse era ir (de motu propio) a la habitación de los abuelos para darles los buenos días.

Todas las tardes Ulises salía con ellos de paseo, lo que además de darnos un respiro a los padres permitía que siempre hubiera con él alguien con energía suficiente como para jugar y estar pendiente.

No sé si será casualidad, pero el caso es que desde que llegaron los abuelos Ulises ha dado un salto enorme en cuanto a expresión oral. Tiene su propio lenguaje, plagado de fonemas impronunciables y de palabras ininteligibles, pero que fluye con naturalidad, sobre todo tras despertarse por las mañanas o tras una siesta.

Seguramente habrá que esperar un año para volver a repetir la experiencia, pero habrá merecido la pena la espera para todos.

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