25.10.09

Si no fuera por el cambio de hora y la muela...

La semana de vaivenes estomacales ya llega a su fin. Todos estamos perfectamente repuestos y Ulises sigue haciendo gala de su buen humor (hasta que le viene una rabieta) y de su energía.

El único pero que ha tenido este domingo ha sido el cambio de hora, pues han tocado diana de lo más tempranito (incluso más temprano que sin el cambio de hora), con lo que a estas horas ya vamos vagando cual almas en pena en busca de dejar todo en orden para irnos a la cama.

Ulises ya duerme plácidamente desde hace rato, en parte por el mencionado cambio de hora, en parte porque no para de moverse en todo el día (salvo la enorme siesta que se ha pegado, pero que no le ha durado mucho más de un par de horas antes de volver a estar cansado) y en parte porque una segunda muela está despuntando.

Entender a Ulises en su lenguaje es harto complicado, pero que le molesta la muela es evidente pues cuando no tiene el chupete a mano se mete un dedo en la boca, pero no para chuparlo sino para tocarse el punto exacto de la encía donde pronto aparecerá el segundo molar.

Mañana intentaremos volver a la rutina de la guardería, aunque la guardería no se ha acabado de convertir en una rutina con tantas interrupciones.

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