18.10.09

Un día sin comer

Aparentemente Ulises estaba (y está) bien, sólo tenía dierta irregularidad a la hora de cargar los pañales con materia sólida, sustituyéndola por la guerra bacteriológica.

Sin embargo ayer decidió no comer. Estaba de buen humor, pero apenas probó una cucharada del potito de salmón con pasta, apenas un par de yogurt, y escasos mordisquitos a algunas galletas.

Por la tarde tres cuartos de lo mismo, así que sin comer ni merendar nos fuimos a un cumpleaños de niños donde Ulises tuvo espacio de sobra para explayarse. Al menos allí comió una chuche de arroz inflado (granito a granito). En el camino de vuelta se durmió y ya en casa apenas se tomó el biberón.

Aguantó hasta las seis de la mañana, cuando se tomó otro biberón, y luego a las ocho volvió a repetir. Sin embargo ya no volvió a comer hasta la cena, que sí la ha hecho con normalidad.

El único efecto que hemos notado es que por la tarde ha estado dormitando, pero con los ojos despiertos. Evidentemente no tenía mucha gasolina en el cuerpo.

Estas son las cosas que tiene que no nos pueda contar que le pasa, pues a lo mejor le molesta la barriga, o simplemente no tiene apetito. El caso es que parece que no tiene mayor consecuencia y que la cosa se normaliza.

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