16.10.09

Dormir de cabeza

Normalmente Ulises se despierta un par de veces por la noche (una para pedir el biberón y otra para que le metamos en la cama con nosotros) y suele moverse bastante (incluso haciéndose sitio mientras duerme, aunque sea a costa de patear las costillas de su padre).

Sin embargo anoche fue especialmente activo por razones misteriosas. Se puede despertar porque está resfriado, hambriento o porque le molestan los dientes, pero ninguna de estas situaciones se daba anoche.

El caso es que no quería estar en la cuna, y además de moverse ha llorado bastante. Le cambiábamos de postura, pero a los pocos minutos nuevamente volvía a llorar. Probamos con mamá, con papá, de lado, boca arriba, recostado en un brazo, en el pecho... ¡menuda nochecita!

Entre los múltiples movimientos acabó con la cabeza casi en nuestros pies, así que le agarré del tobillo para evitar que avanzara hacia el precipicio. Sin embargo el sueño me venció, sentí como mi mano se soltaba y lo siguiente que vi fueron los pies de Ulises en posición vertical y en dirección a tierra. Debió aterrizar de cabeza, aunque por fortuna sin más consecuencias que el susto de despertarse contra el suelo.

Recuperados del susto y del aterrizaje forzoso retomamos la postura habitual de poner la cabeza en la almohada y cuando el despertador estaba a punto de sonar (o quizás ya lo había hecho) Ulises se durmió plácidamente.

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