"Nuestra misión es ofrecer a la sociedad soluciones y servicios tecnológicos de alta calidad, aportando un valor añadido a nuestros clientes gracias a nuestro know how".
Los que trabajamos en empresas tecnológicas alguna vez hemos tenido que escuchar sentencias similares de boca de la dirección (más veces de las que serían recomendables para la integridad mental). Y de tanto repetir la cantinela casi acabas asumiéndola como una verdad absoluta (como la fe en la Santa Trinidad, que no la entiendes pero te la crees aunque sólo sea por la de veces que te la han repetido).
Seguro que algo así es en lo que pensaba mi tío político que, tras más de treinta años de camionero, ha decidido montar su propia empresa.
Muy orgulloso me enseñó su despacho: una mesa de despacho, tres sillas, una mesa auxiliar (no recuerdo su utilidad), una estantería con una carpeta A-Z (donde residían los contratos, permisos y demás zarandajas legales), papel, lápiz y un teléfono.
En ese momento tuve una revelación: no es que estuviera visitando la empresa del futuro, es que estaba visitando la empresa del futuro, presente, pasado... la empresa de todos los tiempos, la de la gente que hace cosas que se pueden tocar (en este caso no las hace, las lleva de un sitio para otro).
Tan sencillo como genial, conocer gente que necesite que le lleven cosas de un sitio para otro y conocer gente que las lleve. Teléfono para contactar con todos ellos y papel y lápiz para apuntar el día que hay que pasarse por la mercancía.
Sin oír hablar de planes de desarrollo estratégico, sin oír hablar de posicionamientos en los mercados de valor añadido, sin oír hablar de modelos DAFO como resultado del brain storming... ¡es posible ganar dinero!.
Y es que no hay nada más edificante que palpar "el know-how del camionero".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Y también la forma de trabajar cambia. Prefiero mucho antes un trato más humano y cercano directamente con el jefe de turno, que no una macroempresa en que son todo jerarquias y jerarquias y jerarquias
Un saludete
Aun así, el tio político tendrá que hacer un, a su manera, brain storming varias veces al día consigo mismo, para ver como carajo repercute al cliente, otra vez, el precio del gas-oil. De todas maneras,como es su propio jefe, cuando se agobia, ala, a por un cafelito al bar.
Abrazos :-)
Publicar un comentario