27.9.08

Día de pesaje

Para comprobar que todo marcha adecuadamente una de las tareas que tenemos es pesar regularmente y en las mismas condiciones a Ulises.

Como la farmacia de la esquina suele ser una lata (siempre llena de jubilados que hacen las esperas eternas) hemos elegido una que, sin estar excesivamente lejos, nos lleva unos minutos de paseo. En circunstancias normales esto no sería un problema, pero la escasísima autonomía que tenemos antes de que Ulises empiece a entonar la Traviata (versión bebé, requiere subtítulos) hace que recorrer un par de manzanas sea una aventura.

Aunque salió de casa quejicoso el camino de ida lo hizo tranquilo, pero a la vuelta ya éramos el centro de atención de los peatones, y es que pulmones tiene el chavalín, no se puede negar (además hace gorgoritos).

El caso, que el pesaje fue un éxito, y si el sábado pasado la balanza marcó 4.270 gramos esta semana ha marcado 4.650, progresión que se me antoja poco sostenible, pues si se extrapola a un año nos daría un peso de más de veinte kilos, ¡todo un peso pesado!

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