12.9.08

Elegir un nombre

Ulises fue un legendario héroe Griego, rey de Ítaca, protegido por la diosa Atenea y caracterizado por su astucia. Si eso no fuera poco estuvo viajando nada menos que durante diez años... ¿cómo no se iba a llamar Ulises?

Cuando apareció ese nombre en la lista de posibles candidatos supe que siempre es el que hube deseado.

Inevitablemente para los de mi generación también se asocia con un dibujo animado, pero igualmente heróico, viajante (este ya por los confines del universo, ¡ahí es nada!) y digno modelo a seguir para cualquier generación.

Sin embargo tardó un tiempo en desvelarse el nombre. Hemos rescatado la lista de candidatos, dividida en dos grupos: los nombres comunes y los exóticos (obviaré comentar que preferíamos los exóticos).

Los comunes eran los siguientes (sin ningún orden concreto): Eduardo (quién lo conoce puede adivinar porqué), Elías (el profeta), David (un nombre digno de ser lucido y rememorado, aunque demasiado habitual para lo raritos que somos los futuros padres), César (el puto amo), Román (homenaje a un cantante ruso-moldavo que nos encanta, Roman Iagupov ), Félix (felicidad, qué mayor objetivo se puede pretender), Oscar (no, el de las salchichas no), Alejo y Raúl (estos últimos porque nos gustaban, sin más).

Pero los triunfadores estaban en esta otra lista: Neo ("Teméis el cambio. Yo no conozco el futuro. No he venido para deciros cómo acabará todo esto, vengo a deciros cómo va a comenzar."), Ivo (nombre de origen croata que cumplía con los requisitos de ser sonoro, fácil, corto e idéntico en varios idiomas), Akira (algún nombre japonés tenía que haber en la lista, aunque mira que si nos saliera motero), Anakin (Darth Vader iba a ser demasiado friki), Noah (por camuflar un poco lo de Neo).


¿A que mola Ulises? Pues eso.

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