23.9.08

El baño en el cubo

El momento del baño se vende como un momento de relax para los papis y el bebé, pero cuando hay que tener cuidado con que no se le moje el ombligo se convierte en algo aparatoso.

Por fortuna el ombligo es temporal y anoche fue la primera vez que el baño fui integral. Para la primera ocasión usamos el cubo, convenientemente ubicado en la bañerita, que a la postre resultó muy práctica para recoger las salpicaduras.

Lo primero que nos dimos cuenta es que el termómetro para el agua tiene un criterio un tanto peculiar para marcar la temperatura óptima, pues el agua podía estar o bien fría o bien caliente, así que optamos por el método tradicional de meter la mano en el agua.

Poco a poco fuimos introduciendo al sujeto, y como no se quejaba se fue sumergiendo poco a poco hasta la altura del cuello. No se quejó, lo que es una buena señal, habida cuenta de que aún su expresión es binaria (malo o bueno, expresado respectivamente con llanto u ojos abiertos que investigan su entorno).

El resultado fue bueno, aunque la técnica hay que depurarla. Esperamos mejorar esta noche.

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