Desde muy pequeñito (más todavía) Ulises alguna vez esbozaba una mueca que bien parecía una sonrisa, pero lo hacía dormido y parecía que más por puro azar que por otra cosa.
Hace unos días le sonrió a la madre abriendo la boca, y eses mismo día hizo lo mismo conmigo. Sin embargo nunca más se supo de esa sonrisa.
Con el paso de los días de vez en cuando vuelven a aparecer sonrisas formadas a base de muecas, pero seguimos buscando esa sonrisa que, inequívocamente, se deba a un estímulo exterior (y por seguir el método científico también debería ser replicable si se aplica el mismo estímulo).
Pero no, por el momento el único experimento de estímulo-respuesta válido ha sido conseguir que siga con la mirada un sonajero, y eso pillándole tranquilo en la cuna.
Vamos, que seguimos con ganas de poder interactuar un poco más con el "bichito".
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