Ayer fue un día un poco más complicadillo, pues empiezan los problemas con los gases y eso pone a Ulises un poco más quejicoso.
Cuando llegué a casa por la noche seguía en ese plan, pero empezamos nuestra sesión de bailoteo (por llamarlo de alguna forma) y se fue relajando, hasta el punto de quedarse dormido a la hora de su baño. Finalmente decidimos pasar del baño por un día y dejarle dormir, cosa que ha hecho bastante bien.
Ya por la mañana parecía un poco molesto, pero ha soltado dos bombas sonoras y de nuevo a dormir.
Y es que está en la edad de tener este tipo de problemas, mucho más justificados y trascendentes que los que surgen cuando nos hacemos mayores.
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