Hasta que uno no tiene que usarlos (o más bien conducirlos) uno no cae en la cuenta que los medios de transporte que usa un bebé son múltiples y variados.
Desde el capazo del primer día hasta el arcaico, pero siempre funcional, transporte en brazos.
Con diferencia el más aparatoso (además de poco rentable) es el capazo, sobre todo a la hora de entrar o salir de casa. Desde luego a Ulises le gustaba más que a los padres, pero como aún tenemos autoridad hemos decidido quitarle el permiso de transporte y ya lo hemos retirado de la circulación.
En lugar del capazo hemos instaurado "el huevo" del que hablé hace unos días.
Sin embargo el más cómodo y que más nos gusta a todos es el saco portabebés parecido a un marsupio (bueno, a Ulises le gusta menos).
Acostumbrados a los paseos por el pasillo de casa sin el arnés cargar con este artilugio es mucho más llevadero de lo que se podría esperar. Eso sí, tenemos dos y al bebé sólo le gusta el caro, el otro no lo quiere, debe haber salido a la madre en eso.
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