Desde el principio comprobamos que la minicuna (el también llamado moisés) no era del gusto de Ulises, sobre todo porque estaba mejor en el capazo. Dado que éste fue jubilado hace unos días (le gusta expandirse cuando duerme y apenas tenía espacio) se tenía que apañar con el moisés, y ha habido noches que ni lo ha probado, pues era ponerlo allí y despertarse automáticamente.
El negocio de las minicunas viene porque dicen que el bebé se siente más confortable y recogido en un sitio a su medida, pero no, en la cuna le sobra espacio por todos lados y se está pegando una siesta tremenda, con sus brazos totalmente abiertos como a él le gusta.
Así que Ulises ya tiene donde dormir los próximos años (tiene espacio para llenar como se ve en la foto).
Menos mal que el capazo y el moisés eran prestados, porque para un mes escaso que han durado no son muy rentables.
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