Estoy de Rodríguez. Mi mujer está de viaje y eso me permite recuperar por algunos días esos vicios que la vida conyugal no le permite a uno, como dormirse con la radio encendida (sí, sí, reconozco que soy un auténtico degenerado).
Cuando estaba estudiando acostumbraba a escuchar la radio de noche, pero ya no están ni el García ni el Pumares, y el programa de la Gemma Nierga (bueno, ahora ya no está ella pero el programa creo que sigue) es demasiado tardío para el horario de un currante.
Dado que nada me suena familiar y que uno evoluciona en lugar de la radio pondré la tele... Está gracioso el Buenafuente este, el programa está majo y ZZZZZ, ZZZZZ, ZZZZZZ... PIPIPIPIPIPIPIPI... ¡cagonlá!, el despertador, son las siete. Sin embargo la tele no está encendida, ¿quién la apagó? Que yo sepa no tiene temporizador para apagarse sola.
¡Qué misterio! Habrá duendes en casa... uy, que vuelva pronto mi mujer que ahora me da susto dormir solo.
PD: Lo del susto es coña, pero es que paso algo de frío por más mantas que ponga y no quedaría muy bien decirle a mi mujer que quiero que vuelva porque en la cama me gusta como estufa.
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2 comentarios:
Jejejej,a ver si fueron los fantasmillas del Windsor los que te apagaron la tele,jijij...Bueno,seriedad...yo sólo escucho la radio cuando voy en el coche solita y me canso de la música,en casa nunca la pongo y tele veo bien poquita y muchas veces me sirve de somnifero para dormir alguna cabezadita en el sofa por la tarde...mmmm...y ahora con este frío...
Ya ves, a mi tele del salón le pasa igual... pero claro es que ella va por libre, también se enciende sola a veces, y eso da más miedo todavía.
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