23.2.05

Más formas de ponerse los calcetines

Aunque ya empiece a clarear por las mañanas aún uno abre los ojos sumido en cierta oscuridad (si a la escasa luz sumamos el cúmulo de legañas la oscuridad es total).

En esa situación se plantea la duda de si iniciar la actividad encendiendo la luz, con el consiguiente deslumbramiento, o seguir la rutina a oscuras (a fin de cuentas se ha repetido miles de veces). Dado que de forma transitoria no tengo interruptor cercano a la cama la decisión es sencilla.

Tras incorporarme la primera tarea que abordo en mi rutina es ponerme los calcetines. Estos están dispuestos aleatoriamente en la zona de caída de la noche anterior, normalmente sobre las zapatillas, con lo que la primera dificultad consiste en realizar un barrido con la mano para averiguar su localización exacta (El barrido con los pies tiene efectos secundarios de alejamiento del objetivo).


Y aquí es donde llega el momento álgido de la puesta del calcetín. Hasta que se inventen los calcetines sin costuras es únicamente el azar quién determina que dicha costura quede exactamente perpendicular al empeine, dándose uno cuenta del resultado cuando se pone las zapatillas (si el calcetín tiene marcado el talón la dificultad aumenta enormemente, haciéndose imprescindible encender la luz).

He pensado en depurar la técnica para aumentar la probabilidad de enfundar el calcetín a la primera, y tras profundísimas investigaciones morfológicas (entiéndase leer el Maxim en el cuarto de baño) planteo las soluciones:

* El salto del tigre: Cogido el calcetín por los bordes se introduce extendido intentando que entre a la primera, aunque normalmente se acaba atascando y es probable encontrar al sujeto ponedor con la pierna en alto mientras se revuelca en la cama intentando encajarlo. Poco recomendable.

* Rollito sin compromiso: Se enrosca el calcetín un máximo de tres cuartos en grandes pliegues, soliendo entrar a la primera aunque con ángulo incierto y siempre dejando la punta colgando.

* Algo más que un rollo: Meticulósamente se recoge el calcetín en pequeños pliegues que se van liberando sucesivamente. Requiere paciencia, pero el margen de error es pequeño. Esta técnica es muy dominada por las mujeres dado su entrenamiento con las medias.


Con estas reflexiones estaba yo esta mañana cuando me he levantado y me he dado cuenta que anoche no me quité los calcetines para dormir, será por eso que he llegado un par de minutos antes al trabajo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

K cachondo tu post. De todas formas ¿no sería mejor coger un calcetín limpio del cajón ?jejeje

Elisabeta dijo...

Jjajajaj, el final del post no era previsto,besitos de buenos dias ^_^

Bachiller dijo...

CAlcetines limpios... hmmmm.... quizás estaría bien que lo considerar alguna vez :-)

Imzel dijo...

No conoces los calcetines con dedos, verdad? Son muy cómodos, pero un coñazo para ponerlos...

Carme Padró dijo...

Has probado a sacarte los calcetines por la noche sin darle la vuelta (es decir, estirando cuidadosamente) y dejarlos boca abajo y alargados sobre las zapatillas....? Así se nminimizaría el problema de la costura (a la primera los pondrías del derecho...) y con un poco de suerte también se reduciría el tiempo de "desenrosque" del calcetín, ya que al haberlos colocado "a lo largo", ya están estirados y entrarían más fácilmente....en fin, es sólo una idea! (Como ves, me he implicado bastante en el tema...) ;)

Anónimo dijo...

Hay unos calcetines que tienen el talón de color diferente. En la penumbra facilitan la colocación, siempre que te sientes. Yo intento todas las mañanas, de forma impenitente, colocarmelos de pie. Cada día me cuesta más y lo hago peor.

soiGraci dijo...

madre mia.....pero no te llega con las zapatillas solamente que te quieres poner calcetines tambien????
lo mejor del mundo es andar descalz@.....asi no hay problemas de costuras....