Si hay algo que me asombra de los bebés es su capacidad para captar información, son científicos que están la mayor parte del tiempo captando información para averiguar patrones de comportamiento.
Una vez que identifican los patrones los reproducen casi al azar hasta que aciertan con uno que obtiene la respuesta adecuada. Cada prueba realizada con éxito es memorizada para ser utilizada en un futuro.
Tanto el almacen de memoria como el uso posterior de la información se reflejan en un incremento en las conexiones neuronales, en algo meramente físico.
La pregunta es: ¿en qué momento un bebé es consciente de sí mismo?
Parece fácil intuir que un recién nacido no lo es, por lo que se tiene que producir un punto de inflexión en el que el número de conexiones neuronales haga aparecer la consciencia.
Esta reflexión me lleva a pensar que si se construyera un ordenador con capacidad de almacenar tanta información como un bebé, y con posibilidad de generar tantas reglas (conexiones) como para manejar esa información en el momento oportuno en algún momento podría adquirir consciencia de sí mismo.
Tecnológicamente esto no es posible hoy por hoy, pero el planteamiento me resulta curioso... sobre todo porque mi intención era escribir un post sobre la forma de ponerse los calcetines, pero algunas conexiones neuronales se me han dispersado en exceso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Interesante... creo a partir de ahora voy a mirar con otros ojos a los bebes, seguro que ya no me parecen cositas muy torpes y muy muy ricas jajaj
Mmm tu post me ha traido al pensamiento imagenes de dulces y torpes bebes intentando ponerse un calcetin,jajaj.Besitos
Publicar un comentario