Ayer logré mantener mi primer diálogo con Ulises, a diferencia de los múltiples monólogos en los que se desarrollaba nuestra comunicación.
Mirándonos cara a cara (esto de dejar de ser transparente es toda una ventaja) Ulises ha emitido un suave sonido no articulado, y se me ha quedado mirando cuando yo le he respondido con un sonido similar. Al insistirle el me ha contestado, yasí han transcurrido unos minutos en los que hemos intercambiado sonidos similares a gruñidos perrunos, aunque mis intervenciones eran mucho más largas que las de Ulises, que se conformaba con sonidos cortos y esporádicos.
De lo que me han quedado ligeras dudas es del tema de la conversación (no domino el perruno), no vaya a ser que ya desde pequeño le esté metiendo ideas subversivas en la cabeza sin darme cuenta.
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